Ente empolvado

Yo sólo soy un ente empolvado

de cenizas, de arena fina,

de polen de árbol mecido sin viento.

Llego frente a las fuentes de las plazas,

igual que el viajero

frente a la estatua de El Libertador,

que sin sacudirse el polvo del camino le observa,

rememorando hazañas de llanos,

de otros siglos.

Yo así llego a donde corre el agua,

a donde siempre hay monedas de deseos,

meto los tobillos,

refresco la yema de los dedos;

y no hay,

nunca hay,

torrente que me arranque

este polvo cansado de los huesos.

Foto de Andrea Piacquadio encontrada en Pexels