Revolucionar las revoluciones

Revolucionar las revoluciones,

porque no es cierto que los ‘70 son pasado,

y aún la tierra escupe sus hijos,

y aún los hijos escapan del espanto

como herencia y legado,

y aún las madres lloran distancias,

y aún se escriben canciones protesta

y los que las cantan son marginales,

así que se tararean con la puerta cerrada,

unos pocos las cantan en las plazas.

No es verdad que se han peleado todas las causas,

ni que las generaciones pasadas nos despojaron de luchas,

no es verdad que se han desafiado 

todas las fuerzas dominantes y poderosas,

y existe aún la convicción profunda

que las ideas no tienen boca para ser amordazadas,

no tienen voz para ser silenciadas,

ni manos para que las amputen;

son ellas siempre lanzadas a la tierra,

a las entrañas de la tierra,

tierra ensalitrada de granja en declive.

Y muchos levantan al cielo los brazos,

los gritos,

la vida misma,

lo que de la vida queda.

Y yo sé que hay ojos que miran,

oído que escucha,

y un corazón que no es de carne,

ni de piedra, 

ni de pueblo, 

ni de tiempo.

-¿Qué haces tú con la semilla en las entrañas de la tierra? ¿Qué haces tú con la rodilla enrojecida?

No digo que la voz dice,

pero pienso que así dijera.